Los síntomas en las piernas son la sensación de pesadez,
cansancio, dolor, hormigueo, calambres nocturnos, sensación de calor, prurito
(picazón), hinchazón de pies y tobillos, dilataciones venosas, aparición de
“arañas vasculares” (venillas que se revelan de color rojizo en la superficie
de la piel) y celulitis. Todos estos síntomas se agravan con el calor y, por lo
tanto, el verano es una época de riesgo.
Las mujeres están más predispuestas debido a factores
hormonales y a los embarazos, la constitución individual, la herencia, la
obesidad y el estreñimiento.
Como tratamiento de
apoyo es necesario realizar técnicas de masajes, máscaras y/o vendajes con productos
criógenos o naturales venotónicos como
el Ginkgo Bilova o Castaño de Indias. Éstas favorecen la circulación venosa y
evitan que los capilares se dilaten, aumentando su resistencia y mejorando su
permeabilidad.